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martes, 5 de mayo de 2015

Tengo un título universitario, que sirve de adorno en el muro de mi escalera

Así es, gracias al enorme esfuerzo de mis padres soy de las pocas mujeres afortunadas que cuenta con un título universitario.

No fue fácil porque me dieron la oportunidad de estudiar en una universidad privada y sin ningún tipo de beca o descuento y hay que contar entre todos esos gastos los de la titulación, que vaya, no son nada baratos.

Tuve la enorme fortuna de ejercer mi carrera (Ciencias de la Comunicación) en una televisora muy importante en México y la verdad es que fui muy feliz trabajando en lo que más me gusta hacer.

Sí, ya sé lo que estás pensando, gracias a mis anteriores artículos sabes que soy una ama de casa con un negocio sí, pero ama de casa al final de cuentas.

¿Entonces mi título universitario, sólo sirve para adornar el cubo de las escaleras de mi casa?

Te diré una cosa, fui muy feliz ejerciendo mi carrera, pero es una carrera muy demandante en cuanto a horarios, además generalmente en ella trabajas como freelance o sea no estás nominado y no tienes derechos laborales como aguinaldos o seguro social.

Cuando yo estudié esta carrera lo hice un poco impulsada en el boom periodístico que existía en ese momento, además de la gran inquietud que siempre tuve por la fotografía o los videos y también, debo decirlo por la sugerencia de mi madre, ya que uno de mis primos había estudiado esa carrera y andaba de gira artística (cubriendo eventos) y eso nos pareció muy interesante.

Al final de cuentas la decisión la tomé yo y fue la que me pareció más prudente en el momento. Y así me lo pareció porque jamás pasó por mi mente y te lo digo abiertamente, casarme y tener hijitos.

Eso fue algo que nunca imaginé en mis planes futuros. Siempre me vi trabajando en la televisión no importando mis horarios ni las locaciones, y tampoco si iba a casa a dormir ya que no existía alguien que me esperara con su lámpara prendida y un cuento en sus piernitas.

Cuando me casé seguí trabajando pero ya las jornadas laborales eran un problema y cuando tuve a mi primer hijo vino el golpe más grande de mi vida "tener que dejarlo".

Durante 9 meses fue conmigo a donde yo iba sin necesidad de hacer nada más que cargarlo en mi vientre, pero de repente eramos 2 seres independientes y me daba mucho  pesar tener que dejarlo encargado.

Yo me iba al baño de mi trabajo a llorar y prácticamente llegaba corriendo y me iba igual porque además decidí amamantarlo y era un calvario pasar unas simples 6 horas alejada de él.

Así que para no hacerte el cuento largo me puse a sopesar mi situación y me dí cuenta que mi prioridad ya no era mi carrera, ya no era mi trabajo, lo único que quería y disfrutaba mucho en mi vida era estar pegada a mi bebé día y noche.

Tomé la decisión más difícil de mi vida, pero hasta hoy considero que ha sido la más sabia. Decidí dejar de trabajar y quedarme con él. Claro mucha gente no estuvo contenta, porque mi título se quedaría ahí colgado llenándose de polvo y además había miles de compromisos económicos que cubrir.

Pero lo he visto crecer, dar sus primeros pasos, decir sus primeras palabras, reaccionar ante algún juego o canción mía y ahora verlo ser un hombrecito inyectado con mi forma de ser, de hacer y de ver las cosas.

Finalmente he comprendido que venimos a este mundo a trascender y que en la televisora donde trabajé hubiese sido la "coordinadora de producción" que se traía en jaque a todos o que se ponía en cintura al talento.

Prefiero trascender en mis hijos, en verlos formados como hombres acomedidos y educados, que sepan cubrir las obligaciones que adquieran cuando se casen o salgan de mi casa.

Saber que la formación humana que yo les dí les permitirá trascender y crecer personal y profesionalmente. Y no me preocupa tanto darles ropa de marca o juguetes caros. Yo siento que mis hijos son felices gracias a que yo estoy junto a ellos, que puedo comer con ellos y jugar con ellos.

Sí, tengo un título universitario colgado en mi escalera, pero tengo mi corazón lleno de satisfacción porque estoy formando unos maravillosos seres humanos y ahora con mi negocio estoy retomando tantas cosas hermosas que también aprendí en la universidad.




Por ejemplo a investigar, a leer y a escribir todos mis artículos que estoy segura te han generado un grado de empatía y seguramente si en estos momentos estás como yo pensando que eres una mujer titulada desperdiciada en tu carrera, querida amiga no estás sola.

Puedes buscar que tipo de negocio puedes manejar desde tu casa y hacerlo sin descuidar a tus hijos, ya que como te he escrito en otras ocasiones, las madres somos el pilar de la sociedad porque si nuestros jóvenes y adultos son personas de bien o de mal son únicamente por nuestra presencia o nuestra ausencia, respectivamente.

Me encantaría conocer tu historia y que me des tu opinión sobre la mía.

Contáctame y no olvides compartir esta información.


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